
Hoy era nuestro último día por los Fiordos del Oeste y también nuestro último día oficial de visitas. Mañana cogíamos el avión de vuelta a España y solo íbamos a visitar la Blue Lagoon. Queríamos irnos con un buen sabor de boca y relajados totalmente. Para la primera parte del día teníamos unos cuantos kilómetros de coche por delante. Seguíamos en los Fiordos del Oeste y teníamos que ir hacia el sur para llegar a la península de Snæfellsnes. Hasta Búðardalur que iba a ser nuestra primera parada para echar gasolina, teníamos unos 178 kilómetros y más de dos horas de viaje. Hoy os contaremos qué hacer y ver en la península de Snæfellsnes.
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Para no variar, había que madrugar para aprovechar el día. Esta vez nos entraba desayuno en el hotel, así que una cosa menos que hacer. Como os hemos dicho en alguna ocasión, los desayunos en Islandia son muy completos. Quizá se eche de menos alguna cosa caliente. Aunque en esta ocasión había huevos revueltos y bacon. Preparamos todo el equipaje en el coche y nos despedíamos de esta bonita zona de los Fiordos del Oeste. Por si lo necesitáis, recordaros que en este hotel hay un surtidor de gasolina. Las carreteras por esta zona siguen siendo asfaltadas y el paisaje es impresionante. Vamos paralelos al mar durante todo el viaje. En alguna ocasión la carretera asfaltada pasa a ser una carretera de tierra, aunque en muy buenas condiciones.

Estos dos días de visita por esta zona de Islandia, no nos podemos quejar del tiempo que nos ha hecho. Totalmente despejado, disfrutando de un sol impresionante y sin ver ningún indicio de los horribles vientos que suelen azotar esta bonita zona. Por cierto, os avisamos que suele hacer mucho viento y que hay que tener muchísimo cuidado con las puertas del coche. Es algo que siempre te avisan cuando lo vas a alquilar. Después de hacer unas cuantas paradas para hacer fotos y estirar los pies, llegamos a Búðardalur. Esta población podría ser la primera que nos encontramos antes de la península de Snæfellsnes. Es una pequeña población de unos 300 habitantes y aquí aprovechamos a repostar y a darle una limpiada al coche. En todas las gasolineras N1 de Islandia os encontraréis un par de mangueras con cepillos para limpiar el coche de forma gratuita.
Campo de Lava
A partir de Búðardalur nos desviaremos de la carretera 60 a la carretera 54. Seguiremos dirección a Stykkishólmsbær, la que se puede considerar como capital de la península de Snæfellsnes. Desde Búðardalur, por la carretera 54 hasta el desvío a Stykkishólmsbær, hay unos 80 kilómetros. Nosotros no nos desviamos para ver esta población. Preferíamos no perder tiempo para disfrutar de los paisajes de la península. En unos minutos íbamos a disfrutar de uno de esos paisajes peculiares de esta zona de Islandia.

Si seguís por la carretera 54 y pasáis el desvío de la carretera 56 hacia Borgarnes. Unos 400 metros más adelante, tenéis un desvío a la izquierda que os marcará «Berserkjahraun» por la carretera 558. Por esta carretera podréis disfrutar de unos 7 kilómetros de extensos campos de lava. Sinceramente es una de las visitas que más nos gustó del día. Si queréis ver un verdadero campo de lava, sin lugar a dudas visitad esta zona de Islandia, os impresionará.

Aunque el camino es de tierra y es bastante estrecho, hay numerosos sitios para hacer alguna parada y poder hacer muchas fotos. El paisaje parece casi lunar y el campo de lava está lleno de rocas con musgo. En este recorrido solo nos cruzamos con un par de coches. Si continuáis por el camino de tierra, no tiene pérdida, volveréis a salir a la carretera 54. Apareceréis justo después de un puente que cruza una especie de entrante del mar.

Kirkjufell
A unos 16 kilómetros desde donde os incorporéis a la carretera 54 está el monte Kirkjufell y las cascadas Kirkjufellsfoss. Este quizá sea uno de los paisajes más fotografiados de toda Islandia. Aunque según nuestra opinión los hay mucho más bonitos e impresionantes. Si habéis visto muchas fotos os decepcionará. Principalmente porque la mayoría de las fotos que hay en Internet están todas filtradas. De esta forma, la diferencia entre la realidad y la fotografía es abismal. Aun con todo es un paisaje asombroso y no os va a dejar indiferentes.

Para realizar esta visita tenéis aparcamiento a ambos lados de la carretera. Es bastante limitado y en nuestra visita aparcamos con dificultad. La visita no os llevará más de 45 minutos, contando fotos, paradas y demás. El monte impresiona más que las cascadas, sobre todo después de haber visto otras en el sur de Islandia, como Skógafoss o Seljalandsfoss. Por supuesto, intentamos hacer la típica foto para que aparezcan las cascadas junto con el monte.

Si intentáis realizar esta foto tendréis que infringir un poco la ley 🙂 Como hay peligro de caer al lago formado por las cascadas, debieron poner unas vallas. La verdad que no fuimos los únicos en saltarnos la ley y hacer la típica foto de este monte. Por cierto, este monte aparece en la película de «La vida secreta de Walter Mitty» de Ben Stiller. A partir de aquí el tiempo empezó a empeorar y aparecieron nubes en el cielo que amenazaban lluvia.

Ólafsvík

Como ya era hora de comer y el hambre apretaba nos dirigimos a la población de Ólafsvík. Está a tan solo 23 kilómetros de Kirkjufell, unos veinte minutos de coche. Teníamos pensado comernos un buen filete de vaca islandesa en el restaurante Hraun. Nuestro gozo en un pozo cuando llegamos y vimos que estaba cerrado por motivos familiares. En la misma calle vimos que estaba el restaurante Matarlist, así que allí que fuimos. No hay problemas de aparcamiento en esta población.

El cambio de restaurante fue para bien, ya que comimos excelentemente. Quizá algo caro, pero ya sabemos que estamos en Islandia. En cuanto te sales un poco de lo normal el precio sube excesivamente, pero era el último día. Nos queríamos quedar con un buen sabor de boca de nuestra estancia en Islandia. El servicio fue muy bueno, la chica que nos atendió era muy simpática. Estábamos prácticamente solos en el restaurante. Nos recomendó muy bien. Nos dijo que hacía unos tres meses que llevaba abierto el restaurante.

Nuestros platos
Compartimos una sopa de pescado que tenía un sabor asombroso. Noe eligió un plato de pasta con pollo y David escogió un plato de bacalao con verduras. Todo estaba muy bueno. Finalizamos con una tarta de queso con arándanos que estaba impresionante. Para Noe era la mejor que habíamos probado en Islandia. Un buen sitio para finalizar nuestro contacto con la gastronomía islandesa.

Saxhóll

Cerca de Ólafsvík, a unos 20 kilómetros, tenemos este pequeño volcán islandés. En menos de veinte minutos os presentaréis en el aparcamiento. Lo mejor de esta visita es lo accesible que es subir a la cima. Alrededor del volcán hay una escalera metálica que va subiendo en forma de espiral. Incluso hay bancos a lo largo de la subida para descansar y disfrutar de las vistas.

En diez minutos se sube a la cima, las escaleras son bastante cómodas para subir. Lo único incómodo es el viento que hace en esta zona y que dificulta la subida. En la cima tendréis unas vistas impresionantes. Si hace buen tiempo y no hay nubes, podréis disfrutar de las vistas del famoso volcán Snæfellsjökull. Para los amantes de la lectura y en concreto de Julio Verne, ya sabrán que es el volcán por el que se metieron los aventureros de «Viaje al centro de la tierra».

En la cima del volcán hay una especie de rosa de los vientos metálica donde podréis observar todas las montañas y volcanes de la zona, con su altura y distancia en kilómetros. La visita no os va a llevar más de media hora o unos 45 minutos si hacéis muchas fotos y disfrutáis de las bonitas vistas.

Djúpalónssandur
Nuestra siguiente parada estaba a menos de 14 kilómetros del volcán Saxhóll. A unos 12 minutos en coche estaba la playa de Djúpalónssandur. En este punto de visita tenéis unos cuantos senderos para realizar. Desde senderos cortos de 300 metros o un kilómetro, hasta senderos de varios kilómetros para llegar a Londrangar. Nosotros fuimos hasta la playa de Dritvík.

Curiosidades históricas
Camino a la playa de Dritvík podemos disfrutar de varias curiosidades. Una de ellas son estas cuatro piedras que están en el suelo junto a un cartel. Se trataba de una prueba para los que iban a ser marineros en un barco. Los pesos de las piedras eran de 23, 54, 100 y 154 kilogramos. Si no levantabas la piedra de 100 kg. no valías para marinero 🙂

Como no podía ser menos, David tenía que probar levantar alguna de las piedras que había. Os puedo asegurar que en el rato que estuvimos no fuimos los únicos en intentarlo. También os digo que hice un ridículo espantoso porque no levanté ni la más pequeña jajaja. Y eso que habíamos comido bien unos minutos antes. Pues nada, ser marinero no es mi futuro 🙂

Paisajes increíbles
Cerca de las piedras está también esta curiosa formación de lava llamada Gatklettur. Hay una pequeña subida para que podáis ver al otro lado de este agujero en la roca. A través de él podréis ver el volcán Snaefellsjökull y también un lago.

En uno de los senderos cortos de 300 metros que está preparado para personas de movilidad reducida tenéis un mirador. Desde aquí podréis disfrutar de unas bonitas vistas de la playa Djúpalónssandur. En ella se pueden ver restos de piezas de hierro de un barco naufragado.

Lóndrangar
A unos 8 kilómetros está el desvío para ver el faro Malariff. Desde aquí se puede ver la roca Lóndrangar desde lejos, aunque luego hay un desvío más si queréis verla desde cerca. En este desvío hay un centro de visitantes, que cuando llegamos nosotros estaba cerrado. Parecía que había como una tienda de recuerdos y una cafetería.

En esta zona dimos una pequeña vuelta para acercarnos un poco más a la roca Londrangar. En el camino nos encontramos una tirolina y como íbamos a dejar de probarla… Tenéis también diversos senderos para hacer. Podéis llegar hasta la base del mismo faro o incluso ir a Lóndrangar desde aquí.

Nosotros nos conformamos con hacer unas cuantas fotos desde lejos y ver la famosa roca desde aquí. Aún nos quedaban unas cuantas cosas que ver y no queríamos llegar a nuestro alojamiento muy tarde, ya que estaba un poco escondido.

Arnarstapi
A 10 kilómetros de nuestro último punto está la población de Hellnar. Entramos con el coche, aunque no vimos mucho ambiente. Aquí teníamos previsto realizar el sendero que va hasta Arnarstapi. El tiempo no acompañaba mucho y el cansancio acumulado de todo el día ya se notaba. Preferimos llegar en coche a Arnarstapi y hacer una pequeña visita. Vimos el empiece del sendero y la verdad que tenía muy buena pinta. Si volviéramos a realizar la jornada, quizá hubiésemos quitado alguna de las visitas anteriores para poder hacer este bonito sendero.

Ya en Arnarstapi fuimos a visitar este famoso monumento con forma de troll. Aquí tenemos otra vez las polulares sagas islandesas. En esta ocasión es una historia un tanto truculenta. Como resumen os contaré que Bárður era hijo de un padre medio troll, medio gigante y una mujer humana. La verdad que no nos cansaremos de todas estas leyendas y mitos que rodean Islandia.
Monumento a Julio Verne
Se supone que fue Julio Verne el que hizo famoso al volcán Snæfellsjökull. Pues bien, no penséis que hay un gigantesco cartel anunciando el pequeño monumento homenaje a Julio Verne. Está bastante escondido. Si hacéis zoom en Google Maps lo podréis ver y más o menos haceros la idea de donde está. Una vez estéis en Arnarstapi, no hay ningún cartel que lo publicite.

El monumento lo forman un par de pequeños carteles. En uno de los carteles hay una foto de Julio Verne y un dibujo de las distintas capas de la tierra hasta el núcleo. En el otro cartel está el inicio del libro «Viaje al centro de la tierra» en distintos idiomas.

Junto a los carteles, hay una especie de señal con las distancias a famosas ciudades pasando por el centro de la tierra. La verdad que nos parece una muy pequeña mención al gran Julio Verne y se lo podían haber currado un poco más. Por cierto, no penséis encontrar ningún souvenir, libro de «Viaje al centro de la tierra» o algún recuerdo sobre el tema. Creemos que esta zona se podría explotar mucho más, dada su importancia en la literatura de este gran autor.

Alojamiento
Nuestro alojamiento estaba a una hora más o menos de Arnarstapi. Nos separaban 78 kilómetros de nuestras cabañas. Nuestro alojamiento se llamaba Langafjaran Cottages. Realmente solo David sabía cómo eran las cabañas, era una pequeña sorpresa para Noe. Estas cabañas estaban un poco escondidas, pero no tiene pérdida si lleváis un GPS y vais con la dirección apuntada. Nosotros cogimos bien el desvío, pero luego no sabíamos seguir. Preguntamos a una señora que estaba tan tranquila en su casa haciendo la cena y muy amablemente nos indicó el camino.

Os recomendamos 100% este alojamiento. Los dueños son muy amables y serviciales. Nos acompañaron hasta la cabaña y nos indicaron todos los servicios que tenían. Cuando Noe vio el jacuzzi alucinó. Son cabañas muy amplias con un comedor, cocina completa, baño, dos camas y un sofá. Tienen también barbacoa a gas y por supuesto el jacuzzi que le da un punto muy positivo a favor. No tiene precio estar bañándote a 38 grados con noche cerrada y ver el estrellado cielo de Islandia.

Nuestra última noche
Después de un día bastante extenso en visitas, solo nos quedaba descansar y disfrutar de nuestro jacuzzi. Un excelente punto y final para pasar nuestra última noche en este espectacular país. Mañana nos quedaba otro día a remojo, ya que íbamos a visitar la famosa Blue Lagoon cerca del aeropuerto.
Mapa
Compartimos con vosotros el siguiente mapa donde podréis consultar el itinerario del día. También encontrareis en él los puntos de interés, restaurantes y mucha más información 😛 .
