
El día de hoy lo recordaremos durante muchos años, no solo por todas las imágenes que quedarán grabadas en nuestra retina. También lo recordaremos por todos los kilómetros y kilómetros que anduvimos durante todo el día. Quizá para nosotros la excursión por los arrozales fue un poco «larga». Sin embargo, nos quedamos con todas las imágenes impresionantes de esas terrazas. Bueno, sin más dilación os vamos a contar nuestra experiencia en la visita a las terrazas de arroz de Longsheng.

Índice
Traslado aeropuerto
El día comienza muy temprano, a las 6:15 habíamos quedado con el chófer en la puerta nuestro alojamiento. Este traslado al aeropuerto lo habíamos contratado con el hotel. Por 150 CNY hacíamos el camino desde el hotel hasta la puerta del aeropuerto. Como salíamos muy temprano, no nos queríamos arriesgar con el transporte público. Por eso nos decidimos por el servicio de traslado al aeropuerto del hotel.
En este momento tuvimos la mala experiencia del día, que hoy recordamos entre risas. Cuando llevamos un cuarto de hora de trayecto, Noe me dice que parece que el conductor cabecea. Le digo que serán imaginaciones suyas. Aunque no me quedo tranquilo, y empiezo a vigilarlo. Nos pregunta si sabemos de qué terminal sale el vuelo. Le decimos que es un vuelo doméstico y que suponemos que saldrán todos desde la misma terminal.

En unos minutos nos pide los billetes y los mira mientras va conduciendo. En este momento, me doy cuenta perfectamente que se está quedando dormido… Ya no es un cabeceo, se duerme literalmente… Ni corto ni perezoso, le doy un golpe en el brazo para que se despierte, puesto que se estaba desviando del carril por el que iba y le estaban pitando los coches. Menos mal que nos quedaban unos minutos para llegar. Nos bajamos casi besando el suelo y sacamos las maletas. El conductor se queda bastante arrepentido y nos pide perdón.
Viaje a los arrozales
Después de esta mala experiencia, nos sentamos para esperar a embarcar en la terminal. El vuelo sale con una media hora de retraso. El trayecto es bastante tranquilo. En unas dos horas llegamos al aeropuerto de Guilin. Salimos al exterior y en la misma puerta nos está esperando Sophia. Como os dijimos en los preparativos del viaje a China en 16 días, esta excursión la contratamos desde España con Win Win Travels.

Win Win Travels es una pequeña empresa familiar. El matrimonio formado por Gary y Sophia realiza excursiones por esta zona del país asiático. Tienen también un pequeño hotel en Yangshuo, en el que íbamos a estar alojados a partir de mañana las dos siguientes noches. Hoy haríamos noche en los mismos arrozales de Longsheng.

Una vez hacemos las presentaciones de rigor, metemos nuestro equipaje en el coche y ponemos rumbo hacia las terrazas de arroz. Sophia nos comenta que tenemos unas dos horas y media de trayecto hasta que lleguemos al primero de los puntos a visitar. El camino se hace bastante ameno, ya que no paramos de hablar con Sophia y nos va contando cosas de la zona y de las tradiciones chinas.
Comida
A mitad de camino paramos a comer en un pequeño restaurante de carretera. El sitio es bastante genuino y es parada de trabajadores y camioneros locales. Es un pequeño buffet libre donde hay varios platos para elegir. En una primera pasada, nos echamos de todo un poco para probar. Sophia nos va indicando lo que es cada uno de los platos. Todo está bastante bueno pero demasiado picante para nuestro gusto. En esta zona del sur de China, la comida picante es bastante tradicional.
Al final comemos arroz, con huevo frito y algo de cerdo con cacahuetes. Todo unido a que los chinos comen muy rápido con los palillos, hace que comamos lo justo para no quedarnos con mucha hambre. Una vez hemos descansado un rato, volvemos al coche para seguir el camino.

Terrazas de arroz
En poco rato llegamos al primer punto, el aparcamiento para ir subiendo por el poblado hacia las terrazas. Cogemos lo justo, ya que la excursión va a ser larga. Chubasqueros porque el tiempo está un poco revuelto, repelente para mosquitos y las cámaras de fotos y de vídeo.

La subida por el poblado es bastante desesperante, entre multitud de paisanos, tiendas de souvenirs y escaleras infernales. El tiempo húmedo hace que además la subida se haga bastante dura. Cuanto más arriba subimos, las vistas se hacen cada vez más impresionantes. Lo mejor es el paseo a través de las terrazas de arroz por caminos de losas, un poco resbaladizas.
En algunos momentos no sabes hacia donde mirar. La vista se hace infinita entre terrazas y terrazas de arroz. Hacemos muchísimas fotos y paramos cada minuto para disfrutar del asombroso paisaje. En unos minutos llegamos al primer mirador, la luna y las siete estrellas.

Anécdota
En este momento, antes de llegar al mirador, decenas de locales asaltan a Noe para hacerse fotos con ella. Parecen paparazzis saliendo de todas partes. Llega un momento que Noe tiene que decir que se acabaron las fotos porque es un poco agobiante 🙂 Después de esta experiencia de famosos 😛 , subimos al mirador para asombrarnos con las preciosas vistas de las terrazas de arroz.

Teleférico
Volvemos a bajar al aparcamiento y cogemos el coche para ir al siguiente punto. Aquí Sophia nos comenta si queremos subir andando o preferimos coger el teleférico. Como nuestros pies están ya un poco cansados, le decimos que subimos en teleférico, sin saber que iba a ser peor el remedio que la enfermedad 🙂

Los billetes del teleférico cuestán 70 CNY. El viaje es impresionante, no apto para gente con vértigo. La vista se te va hacia todos los lados. El trayecto en teleférico nos lleva nada menos que 25 minutos. Os podéis imaginar la cantidad de metros que hemos subido desde el aparcamiento.

Las vistas desde el mirador en la parte alta donde dejamos el teleférico son impresionantes. En esta zona están haciendo obras para montar lo que parecen pequeñas tiendas de souvenirs. A partir de aquí todo el trayecto es de bajada hacia el pueblo. Como decíamos antes, pensábamos que al subir en teleférico íbamos a andar menos camino. Pero todo lo contrario, al subir con el teleférico hasta arriba de todo, nos quedaba todo el viaje de vuelta andando hasta el pueblo donde dormiríamos.

Hotel
La vuelta hasta el hotel donde nos alojaríamos se nos hizo muy duro. Cuando eran las 18:00, Sophia nos comenta que aún nos queda una hora más o menos. El oír que nos quedaba una hora más de trayecto nos hizo derrumbarnos. Después de todo lo que habíamos caminado y el cansancio acumulado, la última hora se nos hizo eterna.

Además todo era cuesta arriba hasta llegar al hotel. El alojamiento era un sitio muy normal. Todas las casas en estos poblados son de madera. Las habitaciones son pequeñas, aunque las vistas son impresionantes. Tienen un pequeño baño, en el que la ducha está integrada con el wáter y el lavabo. Así que cuando te duchas, se pone todo perdido de agua.

El problema de estos hoteles son las camas. No hemos dormido en una cama más dura en nuestra vida. Es como si estuvieras durmiendo sobre palés de madera, con un colchón muy fino. De todas formas, con el cansancio que teníamos encima después de toda la jornada, caímos redondos en poco rato.
Eso sí, antes de nada nos ofrecieron una cena muy buena. Comimos a base de verduras, pollo y pasta. La cena nos sienta muy bien, descansamos un rato en el comedor con Sophia y los familiares que llevan el hotel y nos subimos a la habitación a descansar.

A descansar
Sophia nos comenta que el tiempo está bastante nublado y que mañana no nos levantaremos muy pronto, ya que no podremos ver amanecer. El día de hoy ha sido muy duro para nosotros, menos mal que las vistas y todos los paisajes que hemos visto han sido asombrosos y es con lo que nos quedamos de la jornada de hoy.
