
Para nuestro tercer día por la zona de Midi-Pyrénées teníamos como plato fuerte la visita a la famosa Rocamadour. Queríamos madrugar un poco, para intentar visitarla sin que hubiera mucho turista. El día había salido algo nublado y un poco lluvioso, así que probablemente no habría mucha gente, aún siendo sábado y Semana Santa. Teníamos muchas ganas de visitar esta ciudad tan famosa, la tercera más visitada de Francia. Por delante se sitúan París y el monte Saint Michel. Os vamos a mostrar qué ver en Rocamadour y alrededores.
Índice
Desayuno
Comenzabamos el día a las 8:00 en nuestro alojamiento Hotel Le Belvédère, un alojamiento situado a tan solo diez minutos andando de Rocamadour. Aquí tenéis más ideas sobre dónde alojarse en Midi Pyrénées. Habíamos leído sobre el buen desayuno en este alojamiento, así que no nos lo podíamos perder. La verdad que no nos defraudó para nada. Por 9€ tienen preparado un buffet muy completo. Compuesto de croissants y pan artesano recién hechos, quesos de la zona, bollería, fruta, leche, café, mermelada… Un muy buen desayuno para comenzar el día con fuerzas.
Nuestra idea era no volver ya al alojamiento, así que habíamos pensado coger el coche para intentar aparcar lo más cerca posible de Rocamadour. Bajando desde el hotel seguimos hacia Rocamadour y rodeamos el pueblo por la parte baja, giramos a la derecha y subimos hasta la zona del Santuario. En este lugar hay como media docena de plazas de parking, cruzando una puerta de piedra por la que el coche pasa algo justo. Cierto es, que saliendo el día tan malo no había mucha gente. Tuvimos suerte de aparcar dada la fecha y el día algo lluvioso.

Visita a Rocamadour
Como no queremos hacer un post demasiado largo de todas nuestras visitas del día y sabemos que Rocamadour da para un post adicional, si queréis saber todos los trucos y consejos sobre esta impresionante localidad os recomendamos visitar nuestro post de cómo visitar Rocamadour.

El día anterior ya habíamos visitado la zona baja de Rocamadour, la más comercial, así que hoy nos limitaríamos a visitar la zona media en la que está el Santuario y la zona alta donde se halla el Castillo.

Santuario
Como os hemos dicho antes, tuvimos suerte y aparcamos en una zona en la que había media docena de aparcamientos. Aquí justo estaba la puerta principal del Santuario, llamada «La Puerta Santa». Tened en cuenta que Rocamadour fue un sitio de peregrinaje en la Edad Media. A partir del siglo XX se convirtió en lugar de visita obligada de la zona francesa del Camino de Santiago.

En esta zona del Santuario hay varias capillas para visitar, e incluso tenéis una tienda de souvenirs, aunque quizá esté más destinada a recuerdos religiosos. Como os decíamos antes, a esta zona se puede acceder desde la calle comercial a través de un ascensor. Si no, tendréis que subir los más de 200 escalones que hay hasta el Santuario.
En el Santuario podréis visitar las capillas de San Juan Bautista, de San Miguel, de Santa Ana y de Nuestra Señora de Rocamadour. El sitio es bastante mágico y místico. Encima a esas horas y con el día que hacía estábamos visitando el Santuario los dos solos.
Subida al Castillo
Una vez crucéis un pequeño túnel en el que hay una especie de inscripciones, como si fueran pequeñas tumbas, os hallaréis en la Puerta de San Marcial. Esta puerta es la verdadera entrada al Santuario. Si seguís unos metros más adelante, a parte del ascensor que sube directamente desde la calle comercial, encontraréis unos metros después el elevador que sube hasta el castillo.

En el caso de que queráis subir andando al castillo, lo podéis hacer a través de «El camino de la cruz». Nosotros preferíamos subir en el elevador, para luego bajar tranquilamente por este bonito camino.
Es impresionante pensar que en este pequeño pueblo se haya construido semejante elevador, al estilo de un moderno metro. Este ascensor sube por un túnel excavado en la misma roca. Es una especie de funicular cerrado, en el que se sube por una gran pendiente hasta el mismo castillo. Funciona de forma automática, simplemente hay que presionar un botón y el elevador baja. Una vez estás arriba, presionas el botón y el elevador sube hasta la parte donde está el castillo.
No os preocupéis porque no hayáis pagado en la parte baja. Al llegar arriba hay una taquilla donde podréis pagar tanto la ida, si vais a bajar andando, como la ida y la vuelta si bajáis de nuevo en el elevador.
Castillo
Después de pagar nuestro ascenso en el moderno elevador, nos dirigimos hacia el castillo, uno de los platos fuerte que ver en Rocamadour. Estamos en la parte más alta de Rocamadour. Aquí tenéis uno de los cinco parkings que rodean Rocamadour. Quizá podemos decir que es el más cómodo y grande para realizar una visita de la ciudad.

El Castillo se encuentra a los pies de este parking y más que un castillo podemos decir que es una especie de palacio. En su interior hay jardines y viviendas. Lo mejor es la forma en la que hay que visitarlo, pero esto lo contaremos en nuestro post especial sobre Rocamadour.

La visita tan solo cuesta 2€ y merece muchísimo la pena, no por el castillo en sí, si no por las vistas que hay de Rocamadour y todo el valle desde las almenas del castillo. Es una visita que se puede realizar en unos diez minutos.
Bajada al Santuario
Desde el castillo bajamos por «El camino de la Cruz». Este camino está realizado a modo de Vía Crucis. En sus múltiples curvas podréis ir visitando todas las estaciones, desde que Jesús es condenado a muerte hasta que Jesús es sepultado. Es un camino muy cómodo, ya que no tiene escaleras y está construido en forma de pendiente, hasta la Puerta de Marcial en el Santuario.
A partir de aquí visitamos las capillas que por la hora aún no estaban abiertas y aprovechamos para realizar las últimas fotos. Eran las 11:30 y los turistas más perezosos comenzaban la visita de Rocamadour. Había merecido la pena madrugar un poco más para hacer esta bonita visita prácticamente solos.

Fotos impresionantes
Volvíamos de nuevo a nuestro coche para seguir con nuestra ruta por la zona. Un último consejo, antes de abandonar este impresionante pueblo que es Rocamadour. Si queréis realizar unas bonitas fotos de Rocamadour, hay que dirigirse a la carretera que está justo enfrente. Rodeáis el pueblo bajando al valle y pasáis el pequeño puente que cruza el río.

Siguiendo la carretera os situaréis justo enfrente de Rocamadour. Las fotos desde este lado del valle son impresionantes y se puede parar perfectamente con el coche. Esta es la carretera que nos llevaría en unos minutos hasta Cahors.

Visita de Cahors

A unos 60 km al sur se encuentra Cahors. En coche tenéis una hora más o menos de trayecto. Cahors es una bonita ciudad de casi 20.000 habitantes, situada a orillas del río Lot. Si observáis un mapa de la ciudad, está prácticamente rodeada por el río en su totalidad. Aquí cabe destacar a parte de su bonito centro histórico, el puente Valentré sobre el río Lot.

Si queréis hacer una rápida visita de este puente, tenéis un parking con zona azul económica, situado entre el río y la vía del tren. La dirección exacta es «280 Allée des Soupirs», donde justo hay un restaurante y una tienda de vinos. Desde aquí teneís un agradable paseo por la orilla del río Lot de unos dos minutos hasta el puente Valentré. Además desde aquí tenéis una vista perfecta del mismo para hacer unas increíbles fotografías.

Comer en Cahors
Va siendo hora de comer, así que nos dirigimos hacia el centro de Cahors. Por esta zona tenemos apuntados dos o tres restaurantes que tienen buenos comentarios. Si queréis aparcar sin mucha dificultad, seguid la orilla del río Lot hacia la Catedral de Cahors. A lo largo de todo Quai (muelle) Champollion tenéis muchos aparcamientos a ambos lados de la calle.

Nosotros teníamos apuntado el restaurante Le Petit Producteurs. Aunque es horario francés, no son más de la 13:00, el restaurante está hasta arriba. Si habéis viajado alguna vez por esta zona de Francia, casi todos los restaurantes solo trabajan con un turno de comida. Así que en cuanto el restaurante está lleno, ya no hay oportunidad de comer.
El mismo dueño nos indica un par de restaurantes yendo por la calle justo enfrente de Les Petits Producteurs, dejando la Catedral a nuestras espaldas. Aquí justo está Le Grill de Julia, un restaurante que también teníamos visto y que nos convenció leyendo la carta que tienen afuera.

Por unos 70€ nos comimos un par de entrantes, dos entrecots muy tiernos con unas patatas caseras impresionantes, postre y café. Un precio muy ajustado para la calidad y buen servicio de este sitio.
Saint-Cirq-Lapopie
Con el estómago lleno, nos dirigimos a nuestra última visita del día, la archiconocida y famosa Saint-Cirq-Lapopie. Desde Cahors tenéis unos 25 km, una media hora en coche. Saint-Cirq-Lapopie es un pueblo muy famoso a orillas del río Lot. Pertenece a la famosa lista de los pueblos más bonitos de Francia. Nos habían hablado muchísimo de esta localidad y por ello nos imaginábamos que estaría hasta arriba de turistas. No nos equivocábamos…

Normalmente cuando te hablan muy bien y frecuentemente de un sitio, al final te decepciona. Y eso es lo que, un poco, nos pasó con Saint-Cirq-Lapopie. Nos esperábamos más de lo que nos habían contado. El pueblo es muy bonito, está muy bien conservado, todas las casas son muy parecidas, pero no sé si porque había más gente de lo normal o porque ya habíamos visto muchos pueblos por esta zona, nos decepcionó en cierta medida.

Aparcamiento
Entramos en la oficina de Turismo para coger un mapa e hicimos una visita de una hora aproximadamente. Deciros que en este pueblo fue el primero que pagamos por aparcar, 4€ todo el día. Hay cinco aparcamientos que suponemos se llenarán en temporada alta. Nosotros aparcamos sin problemas en el que hay antes de llegar al pueblo, justo a la orilla del río Lot. Desde aquí hay un pequeño mirador con unas vistas del río y del pueblo muy bonitas.

Visita de Saint-Cirq-Lapopie
Visitamos la roca de la Popie, un promontorio justo al lado del acantilado, donde se hallaba el castillo del siglo X. También visitamos la Iglesia de Saint-cirq-Lapopie del siglo XVI. En estos pueblos lo mejor es perderse por todas las serpenteantes callejas y callejones, subir y bajar por sus empinadas cuestas sin rumbo fijo.

Casi al final del pueblo está el Albergue de los marineros, la casa más antigua de este bonito pueblo, que data del siglo XIII. Al igual que con Rocamadour, hemos hecho un especial de cómo visitar Saint-Cirq-Lapopie con muchos consejos y detalles.

Como todo pueblo turístico, había muchísimas tiendas gourmet, bares, restaurantes y tiendas de souvenirs. Quizá esto sea uno de los motivos por lo que nos decepcionó un poco. Cierto es, que todos estos lugares viven exclusivamente del turismo y es normal que aprovechen para hacer negocio. Quizá por eso, nos quedamos con la belleza y tranquilidad de Belcastel.

Moissac
Justo cinco minutos antes de abandonar el pueblo, empezó a caer una buena tromba de agua. Sin pensárnoslo mucho, recogimos el coche del parking y nos fuimos camino del alojamiento que teníamos para hoy en Moissac. Hasta esta población, cerca de Montauban, teníamos unos 80 km. A parte de ir acercándonos hacia Toulouse, queríamos visitar esta ciudad por su famosa Catedral y sobre todo por su impresionante claustro románico. Lo que no sabíamos es que al día siguiente nos íbamos a quedar con las ganas de visitarlo.
Una vez llegamos a Moissac, aparcamos el coche justo en la plaza enfrente de nuestro alojamiento, el hotel Le Chapon Fin. Este alojamiento fue el más flojo de toda nuestra escapada por Midi-Pyrénées. Lo mejor de todo es que está muy bien situado, aunque la relación calidad/precio es bastante floja.
Cenar en Moissac
De Moissac nos llevamos, sin lugar a dudas, la gran cena que disfrutamos en el restaurante Le fromage rit. Este pequeño restaurante situado muy cerca de la Catedral, dispone de un menú cerrado por 21€. Disfrutamos con dos entrantes, dos platos principales y dos postres. La camarera nos trató de forma amable, hablándonos en un perfecto español y describiendo con mucho gusto todos los platos de los que se componía el menú.
Como nos gusta probar todo, le dijimos que nos sacara uno de cada. De esta forma, pudimos probar el menú entero. Sinceramente es una muy buena opción si estáis por esta zona del país. Comimos un par de ensaladas, un plato de pescado buenísimo y otro plato de arroz con pollo estilo hindú. Lo mejor como siempre, la tabla de quesos de la zona y los increíbles postres.
Simplemente por esta cena, mereció la pena visitar Moissac 🙂 En el próximo post os contaremos nuestra despedida de Moissac, sin poder visitar el claustro, y nuestro último pueblo de la lista de los más bonitos de Francia, Puycelsi.
Mapa
Compartimos con vosotros el siguiente mapa donde podréis consultar el itinerario del día. También encontrareis en él los puntos de interés, restaurantes y mucha más información 😛 .
